El periodo que abarca la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del siglo XIX, uniendo erudición dieciochesca con la revolución literaria romántica, es una época privilegiada y verdaderamente fundacional para la filología española. Hay un deseo de investigación, de sistematización y de recopilación de datos, que se traduce en los proyectos de las Academias, en los diccionarios, en las bibliografías, en las ediciones de obras y en un ambiciosos acarreo de fuentes como no lo había habido en ninguna época anterior. Esto produjo un gran desarrollo de las ideas lingüísticas en relación con la filosofía del momento, como las teorías de los ideólogos; se discute sobre la lengua como reflejo del carácter nacional, en torno, por ejemplo, a cuestiones como el purismo, el casticismo y el rechazo de los extranjerismo; se produce una renovación y fijación del canon y de la historia literaria española. Este volumen aspira a agrupar todo ese haz de inquietudes con un trabajo interdisciplinar en el que se colabora un selecto grupo de especialista, y con el que intentamos subrayar lo interrelacionados que en este periodo de entresiglos están los trabajos sobre lengua y literatura, y la naturaleza unitaria, filológica, en el estudio del español.