«Las inquietudes literarias que se vivían en la tahona, convertida en un particular ateneo». He aquí la frase célebre de Miguel: «en este horno se hacen versos como panes y panes como lunas». Por su parte Jesús Poveda, en Vida, pasión y muerte de Miguel Hernández (1975), cuenta así el nacimiento de la publicación: «Cuando ya la muerte anticipada se nos había llevado a Sijé, y Miguel Hernández estaba ya colocado en Madrid, Carlos Fenoll y yo quisimos consolarnos haciendo algo que fuera positivo para nosotros, que nos devolviera el ánimo para conseguir soportando aquel vacío. Y entonces echamos a volar una hoja de poesía en colores verde-azul-amarillo-rosa que llevaría siempre trabajos inéditos de los mejores poetas de España, de lo cual se encargaría desde Madrid nuestro hermano Miguel... Echamos a volar esta hoja de poesía y la llamamos Silbo, nombre que nos sugirió el poema de Miguel, «Silbo de afirmación en la aldea». Por la dirección le pusimos la de Libertad-panadería. Salió el primer número de Silbo y fue recibido con júbilo en Madrid». Miguel Hernández puso en contacto a sus redactores con Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Enrique Azcoaga, Luis Enrique Délano. Las viñetas de la revista serían las que enviaba la pintora Maruja Mallo. Difusión-Número de lectores: según Efrén Fenoll, se repartían por Orihuela unos 150 ejemplares, la tirada era de 300 ejemplares y costaba sesenta pesetas.