Kingsley Amis (1922-1995) fue un destacado miembro fundacional del errático grupo literario denominado The Movement, «de los jóvenes airados», cuyas tesis supondrían una clara oposición a la estética modernista impulsada por figuras capitales del siglo XX como T. S. Eliot o Ezra Pound. Conocido más por su carrera de novelista, Kingsley Amis comienza sin embargo su creación literaria como poeta que escribe versos irreverentes y sardónicos, cómicos y confesionales, y también lascivos. Aunque no estamos ante un perfeccionista de la fórmula poética, sí nos encontramos a un purista de una sátira poética que abre un nuevo proceso lírico en la poesía contemporánea del pasado siglo y del presente, con un nuevo registro y voz que contribuyen a fundamentar buena parte del giro hermenéutico de la lírica de nuestro tiempo, con el nacimiento y la madurez de una poética declaradamente antirromántica.
Si en Lucky Jim encontramos a uno de los grandes maestros de la ficción cómica contemporánea, en la medida en que la novela es un «artefacto literario y vehículo de protesta o el informe de un nuevo héroe cultural», en sus versos advertimos a uno de los mejores bardos de poesía cómica de nuestro tiempo, capaz de blindar la nota tosca e hilarante con un estilo satíricamente sublime.