Los cuatro ensayos que componen este libro se encuentran guiados por la necesidad de fijar la mirada en detalles en apariencia marginales que funcionan como elementos estructuradores de la narrativa picaresca. Estos detalles invitan a leer las obras más canónicas fuera del marco de la crítica que insiste en su carácter de documento realista de la sociedad española, desaprovechando la riqueza de su alcance metasexual. Desde sus inicios, la picaresca supo beneficiarse de los discursos hegemónicos que en su momento concitaron el interés popular, impulsando de este modo su transformación y desarrollo: el religioso en el caso de Lazarillo de Tormes, el médico en el caso de Guzmán de Alfarache, el económico en el Buscón y el del chiste popular en relación a El coloquio de los perros de Cervantes.