Jardines Lejanos

(1904)

Un año después de haber enriquecido al mundo de las letras a través de la publicación de Arias tristes, el destacado poeta español Juan Ramón Jiménez lanzó Jardines lejanos, un material donde pueden hallarse frases dedicadas a Antonio Machado. Quizás una gran cantidad de lectores considere que la producción literaria de quien ganara en 1956 el Premio Nobel de Literatura posee mejores títulos que Jardines lejanos, pero si aún se recomienda la lectura de esta propuesta presentada en 1904 es porque algo de valor posee. A través de la lectura de este trabajo, por ejemplo, uno puede viajar en el tiempo y descubrir las características que tenían las primeras obras del creador de Platero y yo o comprobar cómo se fue transformando, con el paso de los años, la capacidad poética del autor. Leer cada página de este libro que se ha enmarcado en la etapa sensitiva de Jiménez (periodo en el cual se evidencia una marcada influencia del Simbolismo y predominan las descripciones del paisaje como reflejo del alma del poeta) es, también, una oportunidad de revivir el espíritu de quien también le regaló a la humanidad textos como el ya mencionado Almas de violeta.

Jardines Lejanos

(1904)
Prólogo de Luis Antonio de Villena y textos preparados por Javier Blasco
2007
258
13 x 19,5 x 2,5 cm
Tapa blanda
978-84-7522-716-0
14,00 €
Un año después de haber enriquecido al mundo de las letras a través de la publicación de Arias tristes, el destacado poeta español Juan Ramón Jiménez lanzó Jardines lejanos, un material donde pueden hallarse frases dedicadas a Antonio Machado. Quizás una gran cantidad de lectores considere que la producción literaria de quien ganara en...

Un año después de haber enriquecido al mundo de las letras a través de la publicación de Arias tristes, el destacado poeta español Juan Ramón Jiménez lanzó Jardines lejanos, un material donde pueden hallarse frases dedicadas a Antonio Machado. Quizás una gran cantidad de lectores considere que la producción literaria de quien ganara en 1956 el Premio Nobel de Literatura posee mejores títulos que Jardines lejanos, pero si aún se recomienda la lectura de esta propuesta presentada en 1904 es porque algo de valor posee. A través de la lectura de este trabajo, por ejemplo, uno puede viajar en el tiempo y descubrir las características que tenían las primeras obras del creador de Platero y yo o comprobar cómo se fue transformando, con el paso de los años, la capacidad poética del autor. Leer cada página de este libro que se ha enmarcado en la etapa sensitiva de Jiménez (periodo en el cual se evidencia una marcada influencia del Simbolismo y predominan las descripciones del paisaje como reflejo del alma del poeta) es, también, una oportunidad de revivir el espíritu de quien también le regaló a la humanidad textos como el ya mencionado Almas de violeta.

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