En el mundo cultural del Siglo de Oro tiene lugar una fuerte resurrección de la hermandad entre pictura y poesis, que alcanza una gran difusión en un amplio abanico de alcances, formas y funciones. Por ello, la pintura -todavía más que otras artes- constituye una clave fundamental para acercarse a la poesía de Quevedo, una perspectiva de lectura que permite tanto perfilar asuntos ya trillados como descubrir algunas dimensiones novedosas. Entre otras cuestiones muy variopintas, una mirada a la luz de la pintura permite acercarse a cuatro aspectos de la poesía quevediana: con el aval inicial de las relaciones de Quevedo con el arte pictórico, se examina una galería de poemas artísticos imbricados en la política del momento para pasar seguidamente al canon pictórico preferido por el poeta en relación con su propia práctica poética y, finalmente, se ofrece una revisión de la participación de Quevedo en las polémicas pictóricas de la época a partir de la silva «El pincel» y una empresa editorial como botones de muestra. Al final del recorrido, Quevedo se delinea como un poeta muy cercano -tanto en ideas como imágenes- al universo de la pintura de su tiempo y especialmente amigo del arte italiano, que aprovecha con gran partido en su obra. Adrián J. Sáez es profesor de literatura española en la Universidad de Neuchâtel (Suiza) y ha sido «Premio Horstmann» de la Universidad de Münster (Alemania). Trabaja especialmente sobre la poesía de Quevedo y su relación con las artes, el teatro de Calderón de la Barca, las novelas de Cervantes, la autobiografía soldadesca y otras cuestiones sobre las letras del Siglo de Oro.