A la pintura

Poema del color y la línea

(1945-1948)

Poemas dedicados por Rafael Alberti a los principales pintores: Giotto. Piero della Francesca, Boticelli, Leonardo, Miguel Angel, Rafael, Tiziano, Tintoretto, Veronés, El Bosco, Durero, Rubens, Rembrandt, Poussin, Berruguete, El Greco, Zurbaran, Velazquez, Valdés Leal, Goya, Delacroix, Cézanne, Renoir, Van Gogh, Solana, Picasso.
La primera vocación de Rafael Alberti fue la pintura, patente ya en sus primeros años cuando en El Puerto de Santa María dibujaba los barcos que hasta allí llegaban. Pero su auténtico descubrimiento de la pintura se produce en 1917, cuando, por motivos familiares se traslada a Madrid y entra por primera vez en el Museo del Prado, al que años más tarde desde su destierro argentino rendirá homenaje en uno de sus libros mayores: A la pintura, dedicado a Picasso. En él quedará plasmado no solo su deslumbramiento hacia la pintura y hacia uno de los museos más bellos del mundo, sino también su minucioso conocimiento de las escuelas pictóricas, las técnicas y procedimientos utilizados, el estilo de cada pintor.

A la pintura

Poema del color y la línea

(1945-1948)

Edición facsimilar de la primera edición ilustrada (Losada, 1948)
2005
228
15 x 23 x 2 cm
Tapa blanda
978-84-7522-897-6
20,00 €
Poemas dedicados por Rafael Alberti a los principales pintores: Giotto. Piero della Francesca, Boticelli, Leonardo, Miguel Angel, Rafael, Tiziano, Tintoretto, Veronés, El Bosco, Durero, Rubens, Rembrandt, Poussin, Berruguete, El Greco, Zurbaran, Velazquez, Valdés Leal, Goya, Delacroix, Cézanne, Renoir, Van Gogh, Solana, Picasso.La primera vocación de Rafael Alberti fue la pintura,...

Poemas dedicados por Rafael Alberti a los principales pintores: Giotto. Piero della Francesca, Boticelli, Leonardo, Miguel Angel, Rafael, Tiziano, Tintoretto, Veronés, El Bosco, Durero, Rubens, Rembrandt, Poussin, Berruguete, El Greco, Zurbaran, Velazquez, Valdés Leal, Goya, Delacroix, Cézanne, Renoir, Van Gogh, Solana, Picasso.
La primera vocación de Rafael Alberti fue la pintura, patente ya en sus primeros años cuando en El Puerto de Santa María dibujaba los barcos que hasta allí llegaban. Pero su auténtico descubrimiento de la pintura se produce en 1917, cuando, por motivos familiares se traslada a Madrid y entra por primera vez en el Museo del Prado, al que años más tarde desde su destierro argentino rendirá homenaje en uno de sus libros mayores: A la pintura, dedicado a Picasso. En él quedará plasmado no solo su deslumbramiento hacia la pintura y hacia uno de los museos más bellos del mundo, sino también su minucioso conocimiento de las escuelas pictóricas, las técnicas y procedimientos utilizados, el estilo de cada pintor.

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