La guerra

Hay libros condenados desde su mismo nacimiento al silencio, lo que corrobora, como escribiera Mario Benedetti que el olvido está lleno, rebosante, de memoria. En este sentido, no se comprende muy bien por qué La guerra, último libro publicado en vida de Antonio Machado, no ha sido incluido hasta hoy como entrega unitaria dentro de las diversas ediciones de su obra completa. Lo más fácil es achacar el lapsus a que los diversos poemas y ensayos que componen el mencionado volumen —siete en total, fechados entre agosto de 1936 (Madrid) y mayo de 1937 (Valencia): «Los milicianos de 1936», «El crimen fue en Granada», «Apuntes», «Meditación del día», «Carta a David Vigodsky», «Al escultor Emiliano Barral» y el celebradísimo «Discurso a las Juventudes socialistas»— aparecieron en periódicos y revistas durante los dos primeros años de la guerra civil, forzando a los editores a fagocitar dichos textos, y por extensión la idea unitaria con la que fue concebido el libro, en beneficio de posteriores antologías fragmentarias o del doble marco de género que reúne por un lado la prosa por el otro la poesía machadiana del período 1936-1939. Una justificación del todo insuficiente, habida cuenta, como apuntara Aurora de Albornoz en 1975 en «El último libro de Antonio Machado» que «también fueron artículos periodísticos cada uno de los capítulos que en 1936 se convirtieron en el primer libro en prosa de Antonio Machado: Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo». Por otro lado, tampoco parecen justificables los prejuicios que otorgan al volumen un carácter misceláneo o antológico. Porque, por encima de cualquier actitud disolvente respecto a la entidad global de La guerra, obra «de enorme carga emocional y simbólica», en palabras de Gonzalo Santonja, está —supuesto ineludible— la voluntad de su autor de constituir un libro con características propias.

Jaume Pont

La guerra

Dibujos de José Machado

1936-1937

2022
152
13,5 x 21 x 1,2 cm
Tapa blanda
978-84-9895-626-9
18,00 €
Hay libros condenados desde su mismo nacimiento al silencio, lo que corrobora, como escribiera Mario Benedetti que el olvido está lleno, rebosante, de memoria. En este sentido, no se comprende muy bien por qué La guerra, último libro publicado en vida de Antonio Machado, no ha sido incluido hasta hoy...
Hay libros condenados desde su mismo nacimiento al silencio, lo que corrobora, como escribiera Mario Benedetti que el olvido está lleno, rebosante, de memoria. En este sentido, no se comprende muy bien por qué La guerra, último libro publicado en vida de Antonio Machado, no ha sido incluido hasta hoy como entrega unitaria dentro de las diversas ediciones de su obra completa. Lo más fácil es achacar el lapsus a que los diversos poemas y ensayos que componen el mencionado volumen —siete en total, fechados entre agosto de 1936 (Madrid) y mayo de 1937 (Valencia): «Los milicianos de 1936», «El crimen fue en Granada», «Apuntes», «Meditación del día», «Carta a David Vigodsky», «Al escultor Emiliano Barral» y el celebradísimo «Discurso a las Juventudes socialistas»— aparecieron en periódicos y revistas durante los dos primeros años de la guerra civil, forzando a los editores a fagocitar dichos textos, y por extensión la idea unitaria con la que fue concebido el libro, en beneficio de posteriores antologías fragmentarias o del doble marco de género que reúne por un lado la prosa por el otro la poesía machadiana del período 1936-1939. Una justificación del todo insuficiente, habida cuenta, como apuntara Aurora de Albornoz en 1975 en «El último libro de Antonio Machado» que «también fueron artículos periodísticos cada uno de los capítulos que en 1936 se convirtieron en el primer libro en prosa de Antonio Machado: Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo». Por otro lado, tampoco parecen justificables los prejuicios que otorgan al volumen un carácter misceláneo o antológico. Porque, por encima de cualquier actitud disolvente respecto a la entidad global de La guerra, obra «de enorme carga emocional y simbólica», en palabras de Gonzalo Santonja, está —supuesto ineludible— la voluntad de su autor de constituir un libro con características propias.

Jaume Pont

You have successfully subscribed!