Poemas de la era del jazz

bilingüe
La poesía de Fitzgerald tiene su propio timbre y pulso poético, así como una bien definida intención lírica orientada hacia lo cotidiano, la nota simpática a modo de recorte de prensa, la parodia, la broma y la crítica más inoportuna, satírica o despiadada, con la que el joven poeta aspiraba a convertirse en «el Rupert Brooke americano».

Esta poesía, como primer período literario de Fitzgerald, responde a una etapa de formación del autor con la que este busca su propia identidad y su propia voz con sentimientos subjetivos donde la obra de arte, como proceso lírico, tiene una marcada vocación de universalidad. De ahí que el hablante lírico a menudo parece olvidarse de sí mismo para abrazar la poesía como obra de arte intimista, directa y mágica, mediante unos procesos líricos que tienen sus orígenes y raíces en las experiencias más íntimas del poeta, que parece sumergirse en una actividad instintiva nacida de una predisposición natural hacia la fantasía como estímulo del alma y el sentimiento más puro de su creador.

Poemas de la era del jazz

Introducción y traducción de Jesús Isaías Gómez López
2016
184
12,5 x 19,5 x 0,9 cm
Tapa blanda
978-84-9895-948-2
14,00 €
La poesía de Fitzgerald tiene su propio timbre y pulso poético, así como una bien definida intención lírica orientada hacia lo cotidiano, la nota simpática a modo de recorte de prensa, la parodia, la broma y la crítica más inoportuna, satírica o despiadada, con la que el joven poeta aspiraba...
La poesía de Fitzgerald tiene su propio timbre y pulso poético, así como una bien definida intención lírica orientada hacia lo cotidiano, la nota simpática a modo de recorte de prensa, la parodia, la broma y la crítica más inoportuna, satírica o despiadada, con la que el joven poeta aspiraba a convertirse en «el Rupert Brooke americano».

Esta poesía, como primer período literario de Fitzgerald, responde a una etapa de formación del autor con la que este busca su propia identidad y su propia voz con sentimientos subjetivos donde la obra de arte, como proceso lírico, tiene una marcada vocación de universalidad. De ahí que el hablante lírico a menudo parece olvidarse de sí mismo para abrazar la poesía como obra de arte intimista, directa y mágica, mediante unos procesos líricos que tienen sus orígenes y raíces en las experiencias más íntimas del poeta, que parece sumergirse en una actividad instintiva nacida de una predisposición natural hacia la fantasía como estímulo del alma y el sentimiento más puro de su creador.

You have successfully subscribed!