Isla de la simpatía

Pocos libros de Juan Ramón expresan tanto como éste la idea heideggeriana de que la poesía es, efectivamente, la fundación del ser por medio de la palabra. Estamos frente a una fundación poética de Puerto Rico que es la fundación puertorriqueña del poeta, proceso en que ninguno de los dos sale perdiendo nada de su esencia original. Se viven y desnudan, se poseen. Después de todo, simpatía significa primeramente «afinidad de sentimientos», y esa afinidad llega a ser tanta que podemos leer: «Algo de resurreccionista ha tenido siempre Puerto Rico para mí, yo me siento unido a Puerto Rico en un destino común sin ser de él, y por eso más fuerte todavía, tanto que yo siempre indeciso en mi lugar de muerte, quiero quedare cuando mi muerte sea, muerto aquí. («Un destino inmanente».) Sin ser un diario, ni un libro de viaje, ni un poemario, ni una colección de narraciones o ensayos, el libro que ahora acompaño con estas palabras escapa, gozosamente, de la clasificación genérica porque su tema real —Puerto Rico en el poeta— era también un asunto que debía ser fundado en palabras, inventado. Coherente con la idea que le da sentido, el texto tiene una forma también por definirse».
Manuel Iris

Isla de la simpatía

Texto preparado por María Ángeles Sanz Manzano

Prólogo de Manuel Iris 

2011
272
13 x 19,5 x 2 cm
Tapa blanda
978-84-9895-068-7
18,00 €
Pocos libros de Juan Ramón expresan tanto como éste la idea heideggeriana de que la poesía es, efectivamente, la fundación del ser por medio de la palabra. Estamos frente a una fundación poética de Puerto Rico que es la fundación puertorriqueña del poeta, proceso en que ninguno de los dos...
Pocos libros de Juan Ramón expresan tanto como éste la idea heideggeriana de que la poesía es, efectivamente, la fundación del ser por medio de la palabra. Estamos frente a una fundación poética de Puerto Rico que es la fundación puertorriqueña del poeta, proceso en que ninguno de los dos sale perdiendo nada de su esencia original. Se viven y desnudan, se poseen. Después de todo, simpatía significa primeramente «afinidad de sentimientos», y esa afinidad llega a ser tanta que podemos leer: «Algo de resurreccionista ha tenido siempre Puerto Rico para mí, yo me siento unido a Puerto Rico en un destino común sin ser de él, y por eso más fuerte todavía, tanto que yo siempre indeciso en mi lugar de muerte, quiero quedare cuando mi muerte sea, muerto aquí. («Un destino inmanente».) Sin ser un diario, ni un libro de viaje, ni un poemario, ni una colección de narraciones o ensayos, el libro que ahora acompaño con estas palabras escapa, gozosamente, de la clasificación genérica porque su tema real —Puerto Rico en el poeta— era también un asunto que debía ser fundado en palabras, inventado. Coherente con la idea que le da sentido, el texto tiene una forma también por definirse».
Manuel Iris
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