Cuando todo calla

premiado

Ya con el primer poema con que abre Hugo Mújica (Buenos Aires, 1942) este libro comienza a abrirnos, comienza él a revelarnos algo de la vida, pero no solo lo que él escuchó de la suya, sino algo tan de ella, que nos dice a todos, porque Mújica nos habla de lo que ya va quedando olvidado o aplastado por el proyecto y la producción, nos habla de lo que subyace como destino humano bajo mil formas del día a día y la repetición, nos habla —en palabras de Nietzsche citadas en algún lugar por él— de «la danza de la vida, no la marcha de la historia». Mújica, como lo dice del «aliento» de las palabras, «nos convoca a escuchar / lo que para decirse nos llama», porque «al silencio hay que escucharlo / dejar que nos diga él / lo que de nosotros callamos», y para eso, y para seguir citándolo, son sus poemas los que «nos devuelve al silencio», a ese estado naciente que comienza a escucharse, a susurrarse, «Cuando todo calla», cuando «en cada palabra / nos escuchamos revelados». Y eso es así porque Mújica no escribe solo con palabras: el silencio también está escrito aquí.

Cuando todo calla

XIII Premio Casa de América de Poesía Americana
2013
72
12,5 x 19,5 x 0,5 cm
Tapa blanda
978-84-9895-855-3
12,00 €
Ya con el primer poema con que abre Hugo Mújica (Buenos Aires, 1942) este libro comienza a abrirnos, comienza él a revelarnos algo de la vida, pero no solo lo que él escuchó de la suya, sino algo tan de ella, que nos dice a todos, porque Mújica nos habla...

Ya con el primer poema con que abre Hugo Mújica (Buenos Aires, 1942) este libro comienza a abrirnos, comienza él a revelarnos algo de la vida, pero no solo lo que él escuchó de la suya, sino algo tan de ella, que nos dice a todos, porque Mújica nos habla de lo que ya va quedando olvidado o aplastado por el proyecto y la producción, nos habla de lo que subyace como destino humano bajo mil formas del día a día y la repetición, nos habla —en palabras de Nietzsche citadas en algún lugar por él— de «la danza de la vida, no la marcha de la historia». Mújica, como lo dice del «aliento» de las palabras, «nos convoca a escuchar / lo que para decirse nos llama», porque «al silencio hay que escucharlo / dejar que nos diga él / lo que de nosotros callamos», y para eso, y para seguir citándolo, son sus poemas los que «nos devuelve al silencio», a ese estado naciente que comienza a escucharse, a susurrarse, «Cuando todo calla», cuando «en cada palabra / nos escuchamos revelados». Y eso es así porque Mújica no escribe solo con palabras: el silencio también está escrito aquí.

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