bilingüe

Percy Bysshe Shelley, el gran poeta inglés, nació en 1792 en Field-Place en las cercanías de Horsham (Sussex) y murió en Italia, en julio de 1822, un día de tormenta que se embarcó en su barco a vela Ariel, rumbo a Lerici, y, sorprendido por la borrasca, apareció su cadáver en la playa de Vigreggio. Allí, en el pinar, se quemó a su cadáver, rescatándose su corazón que fue enviado a su mujer, Mary Shelley.

«El Adonais, es una obra perfecta donde los caracteres fundamentales de la poesía de Shelley están presentes. Debemos repetir esto: si Shelley es uno de los mayores poetas de todos los tiempos, tal vez el primero de los románticos, no es, en primer término, por su maravillosa forma expresiva ni por su mundo de ideas, sino por su espíritu. Espíritu inexplicable, como el de todo gran poeta. Y su grandeza está en su misterio. Imposibilidad de una explicación que, por otra parte, no importa. El espíritu no requiere ser explicado. Es una fuerza con la que la sensibilidad comulga en la evidencia del éxtasis, en la seguridad inalienable de la Belleza. Y la auténtica Poesía no pide otra cosa, ni puede ofrecer más que la certidumbre de su prodigio. Misterio, delgadez, espíritu. Reino invisible y divina luz de la verdadera Poesía».
Jaime Siles

Adonais

Traducción de Vicente Gaos

Prólogo de Jaime Siles

2016
148
12,5 x 19,5 x 0,8 cm
Tapa blanda
978-84-9895-956-7
12,00 €
Percy Bysshe Shelley, el gran poeta inglés, nació en 1792 en Field-Place en las cercanías de Horsham (Sussex) y murió en Italia, en julio de 1822, un día de tormenta que se embarcó en su barco a vela Ariel, rumbo a Lerici, y, sorprendido por la borrasca, apareció su cadáver...

Percy Bysshe Shelley, el gran poeta inglés, nació en 1792 en Field-Place en las cercanías de Horsham (Sussex) y murió en Italia, en julio de 1822, un día de tormenta que se embarcó en su barco a vela Ariel, rumbo a Lerici, y, sorprendido por la borrasca, apareció su cadáver en la playa de Vigreggio. Allí, en el pinar, se quemó a su cadáver, rescatándose su corazón que fue enviado a su mujer, Mary Shelley.

«El Adonais, es una obra perfecta donde los caracteres fundamentales de la poesía de Shelley están presentes. Debemos repetir esto: si Shelley es uno de los mayores poetas de todos los tiempos, tal vez el primero de los románticos, no es, en primer término, por su maravillosa forma expresiva ni por su mundo de ideas, sino por su espíritu. Espíritu inexplicable, como el de todo gran poeta. Y su grandeza está en su misterio. Imposibilidad de una explicación que, por otra parte, no importa. El espíritu no requiere ser explicado. Es una fuerza con la que la sensibilidad comulga en la evidencia del éxtasis, en la seguridad inalienable de la Belleza. Y la auténtica Poesía no pide otra cosa, ni puede ofrecer más que la certidumbre de su prodigio. Misterio, delgadez, espíritu. Reino invisible y divina luz de la verdadera Poesía».
Jaime Siles
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